RCP: una técnica que salva vidas

Los anestesiólogos de Adaarc comentan porqué es tan importante aprender esta técnica de primeros auxilios y su paso a paso.

En Argentina se estima que cada año 40.000 personas fallecen por muerte súbita. Frente a este panorama, la técnica de reanimación cardiopulmonar se vuelve una herramienta clave para salvar vidas. Existe un 80% de probabilidad de que si se reanima dentro de los primeros tres minutos, la persona puede mantenerse con vida hasta la llegada de los servicios médicos, por lo que aprender la técnica debería ser obligatorio para todos. Por ello, la Asociación de Anestesia, Analgesia y Reanimación de Córdoba (Adaarc) forma y brinda cursos gratuitos a todo aquel interesado en aprender esta técnica de primeros auxilios.

La reanimación cardiopulmonar (RCP) es una técnica o maniobra que tiene como objetivo restaurar los signos vitales de una persona que se encuentra en un estado crítico. La técnica se debe aplicar cuando el afectado deja de respirar de forma repentina y no presenta signos vitales. Para esto es necesario que los testigos actúen de manera rápida, aplicando el paso a paso de esta técnica.

Primero se debe colocar a la persona boca arriba sobre una superficie dura localizando el esternón y colocando en el centro el talón de una mano y la otra mano por encima. Luego se deben enlazar los dedos y comenzar a aplicar presión con las manos, repitiendo las compresiones a ritmo rápido y sostenido. Por último se debe abrir la vía aérea, levantar la barbilla y verificar la presencia de cuerpos extraños, de no haber, se debe continuar la reanimación hasta que lleguen los servicios médicos.

¿Cómo realizar un RCP? Paso a paso la técnica del RCP

Mientras se realiza la técnica es fundamental designar a una persona que llame a los servicios médicos de urgencia y vaya comunicando a los médicos profesiones la situación del afectado, también resulta de gran ayuda si algún otro presente conoce la técnica y puede colaborar en la realización de la maniobra, ya que requiere un ritmo y fuerza constante. Se estima que aprendiendo a realizar esta técnica se podrían salvar más de 100.000 vidas solo en Europa.