La importancia de conocer y controlar los signos vitales

Los anestesiólogos de Adaarc comentan cuáles son y por qué es clave saber tomarlos.

Los signos vitales son constancias que permiten medir frecuencias del cuerpo y dar información sobre el estado de salud de una persona. Es sumamente importante conocerlos y aprender a medirlos ya que en momentos de crisis o emergencia médica pueden convertirse en una herramienta clave para ayudar al afectado y así salvar vidas. Es por esto que la Asociación de Anestesia, Analgesia y Reanimación de Córdoba (Adaarc) explica cuáles son los cinco signos vitales más importantes y cómo se pueden tomar.

Para comenzar podemos nombrar a una de las variable más conocida como es la presión arterial, ésta se encarga de corroborar si el empuje de la sangre que corre por el organismo es la adecuada y sus valores son normal, por lo general inferior a 120/80 y superior a 90/60, si está por encima de esos valores se puede estar frente a un caso de hipertensión y es necesario consultar con un profesional de la salud. En cuanto a la forma en que ésta puede ser tomada, se debe medir con un tensiómetro con la ayuda de un profesional de la salud.

Otro signo vital de suma importancia es la temperatura corporal, que mide qué tan caliente o frío está nuestro cuerpo, en condiciones estables debe rondar los 36 grados ya que superando ésta podemos decir que la personas tiene fiebre y por el contrario si es inferior padece hipotermia. La forma más recurrente de medirla es a través de termómetro digital, de mercurio o infrarrojo que se puede colocar en axilas o boca.

Por último, tres signos vitales que pueden resultar claves para conocer el estado de salud de una persona son la frecuencia cardíaca, la frecuencia respiratoria y su saturación. La primera mide la velocidad con la que late el corazón y se puede medir utilizando un esfigmomanómetro o de manera manual palpando con los dedos índice la arteria que se encuentran en la muñeca o en el lateral del cuello, lo normal es que oscile entre los 60 y 100 latidos por minuto. Por otro lado encontramos a la frecuencia respiratoria que es la encargada de medir la respiración, que debe oscilar entre 12 y 20 respiraciones por minuto en adultos para considerarse estable. Esta variable se puede medir a través de tres métodos: observación, palpación o a través de un estetoscopio con la ayuda de un médico formado. A su vez también resulta clave medir la saturación de dicha respiración que debe oscilar entre el 90 y el 100%, utilizando para esto un saturómetro.

Como se destacó con anterioridad la medición de estos signos vitales resulta clave en situaciones o momentos críticos donde una persona pierde el conocimiento, al tomarlas se puede comprender mejor el estado del afectado y poder reaccionar de manera rápida y eficaz, aplicando las maniobras de primeros auxilios que corresponda. Desde la Asociación de Anestesia, Analgesia y Reanimación de Córdoba, se enseña de manera gratuita estas maniobras, con el fin de concientizar y brindar herramientas a todos los ciudadanos para afrontar situaciones de crisis.